El pasado viernes, los clientes que frecuentan Nana Plaza se llevaron un buen susto en plena velada al ver que de repente se encendían las luces, se apagaba la música y entraban los soldados, los policías y diversos voluntarios para lelvar a cabo los controles pertinentes. Se identificó al personal y procedieron a seguir con su labor en otro lugar.
La operación se enmarca dentro de plan del gobienro militar actual para convertir Tailandia en un país que deba su reputación a motivos distintos a los que surgen ahora al hablar de Tailandia.